La Epilepsia se hizo presente en mi a la edad de 22 meses. Por lo tanto la tengo muy dentro de mi. Ha sido parte de mi vida, personalidad, limitaciones y también creo, de mis virtudes.
A lo largo de mi vida:
• He luchado con ella y contra ella.
• He renegado de ella.
• He sido insegura por ella.
• Había vivido en un mundo irreal por ella.
• Había vivido con la creencia de merecerme muchas cosas y no merecerme otras.
• Había vivido dormida por ella.
• Había dejado de vivir una vida normal
• Estuve a punto de morir por ella.
Digo virtudes ya que soy una persona muy tranquila y paciente.
También usé la Epilepsia como un escudo personal que nunca fallaba:
Si me encontraba en un problema o en una situación que no me gustaba lo más fácil era HUIR a ese mundo al que yo únicamente podía entrar y nadie me molestaba y claro me daba un ataque horrible que si bien me iba, me dejaba tumbada y dormida por varias horas en mi casa o en el hospital.
Hasta que un día me hice consciente de lo que esto significaba.
Así que hace unos años me enfrenté a mí misma y decidí cambiar y dejar de vivir de esa manera.
Ahora:
• Me intereso más en ella y en mi misma.
• La lucha no es contra ella, sino conmigo misma para afrontarla y sacarla de la sombra de mi vida.
• Estoy despertando a una nueva vida.
• Estoy entrando al mundo real.
• Quiero VIVIR una vida normal.
El camino de 32 años no ha sido fácil, hubo épocas en las que me sentía muy mal frecuentemente y con el paso del tiempo fuí mejorando.
La fe en Dios, así como el amor, la entrega y la constancia de mis padres y hermanos me han ayudado para salir adelante, así como la sabiduría del Dr. Raúl Calderón González (Q.E.P.D.) quien con los diferentes medicamentos y dosis me trató por 22 años y me sacó adelante.
Hoy en día la Epilepsia está controlada gracias al medicamento.
Quiero vivir una vida normal, pero depende de mí ya que
NADIE HARÁ NADA POR MI, MÁS QUE YO MISMA
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Eugenia Garza Padilla