La persona con epilepsia que debutó en la niñez y llega a la edad adulta, frecuentemente enfrenta dificultades para encontrar y/o mantener un empleo.
Aún cuando el paciente con epilepsia haya logrado recibir una instrucción,a veces de nivel profesional, se enfrentará a la dificultad para obtener un empleo si informa que padece epilepsia. Si la oculta y tiene acceso al trabajo, existe el riesgo de que se le niegue la posibilidad de progresar dentro del ámbito laboral sólo por padecer epilepsia o puede ser despedido si presenta una crisis en el trabajo, con lo que regresa de nuevo a la dependencia económica de su familia.
Algunos casos que llegan a la edad laboral habiendo sido dependientes de su familia toda su vida temen la independencia económica o no saben cómo lograrla.
Cualquiera que sea la situación, es un hecho que el porcentaje de desempleo en la población con epilepsia es del 25%, muy alta en comparación con el porcentaje en la población general (alrededor del 5%). Esta sección tiene la finalidad de informar acerca del Derecho al Trabajo, que analiza de manera muy completa la Dra. Socorro Marquina. Incluimos también recomendaciones para lograr la independencia económica en una presentación y un folleto que la sintetiza.
Incluiremos también una sección de Bolsa de Trabajo, donde personas de GADEP anoten sus datos de localización y los servicios que ofrecen con la finalidad de que los lectores de nuestra página les apoyen solicitando sus servicios.
Esperamos sus testimonios, ofrecimientos de empleo y orientaciones para obtenerlo.
Las epilepsia y el derecho al trabajo
Dra. Lilia Núñez Orozco
Vicepresidenta por Latinoamérica del Buró Internacional para la Epilepsia
(IBE, siglas en inglés de International Bureau for Epilepsy)
El trabajo es una actividad remunerada que proporciona a la persona que lo desempeña una sensación de ser útil para sí mismo y para la sociedad en la que vive. El trabajo proporciona recursos para que existan medios de vida: alimentos, casa, atención médica, educación, recreación y otros satisfactores que varían de acuerdo al estilo de vida de cada persona. La sociedad en que vivimos, trátese de países desarrollados o en vías de desarrollo, tiene un sistema económico basado en el trabajo de sus miembros quienes desde temprana edad reciben una educación que los conducirá a contar con un oficio o profesión que les permita su inserción en la vida productiva de la sociedad. Sabemos que en muchos lugares, especialmente en los países subdesarrollados con un alto índice de desempleo o de actividad económica informal, del que no escapan los países desarrollados tampoco, muchas personas trabajan en áreas diferentes a las de su preparación educativa o no encuentran empleo porque tienen una discapacidad o una enfermedad, debido a la cual carecen de capacitación para el trabajo o son discriminados por los empleadores. Las personas que padecen epilepsia se encuentran desempleadas o con empleos informales en un 25 % de los casos, de acuerdo a una encuesta realizada en México, índice que está muy por encima del de desempleo en la población general. Los motivos que aducen son los siguientes:
- No informan al empleador que tienen epilepsia y cuando presentan una crisis son despedidos de inmediato.
- Si al solicitar el empleo informan que padecen epilepsia no son contratados o se les coloca en un puesto inferior al que su capacidad les permitiría desempeñar
- Los que tienen empleo son relegados de puestos de responsabilidad y no tienen posibilidades de ascenso o bien son forzados a pensionarse.
- La necesidad de obtener un trabajo remunerado hace que muchas personas con epilepsia incurran en riesgos, pues se colocan en empleos donde ponen en peligro su integridad física y la de los demás al intentar desempeñarse en el manejo de vehículos de transporte público, maquinarias de precisión, prensas o cortadoras.
Por el contrario, en otros casos se sobre-estiman los riesgos y empleos que pueden fácilmente ser desempeñados por personas con epilepsia les son negados con el argumento de que “no se pueden hacer responsables” de lo que les suceda en caso de una crisis, en la que lo peor que puede pasar es recibir algún golpe al caer.
La imposibilidad de conseguir un empleo o el riesgo de ser despedido del mismo, trae como consecuencia una menor autoestima de la persona con epilepsia por no ser aceptada en un ámbito laboral para el que está capacitada, su poder adquisitivo se deteriora al no tener un ingreso económico, pierde el derecho a tener un seguro de atención médica estatal o privado y por lo tanto su enfermedad se empeora al no poder disponer de la atención médica y los medicamentos necesarios para el tratamiento, todo lo cual ocasiona un deterioro importante de la calidad de vida.
La Declaración de los Derechos Humanos en la cual se garantizan todos los derechos a todas las personas, sin distinción de raza, religión, inclinación política o cualquier otra condición incluye el derecho a la educación y al trabajo. Esta declaración ha sido incluida en las legislaciones de todos los países, pero a pesar de ello las personas con epilepsia o cualquier otra discapacidad, son víctimas de discriminación. A este respecto, la misma Organización de las Naciones Unidas ha propuesto una Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, firmada por representantes de muchos países, la cual en relación al trabajo dice lo siguiente:
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a trabajar, en igualdad de condiciones con las demás; ello incluye el derecho a tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente elegido o aceptado en un mercado y un entorno laborales que sean abiertos, inclusivos y accesibles a las personas con discapacidad. Los Estados Partes salvaguardarán y promoverán el ejercicio del derecho al trabajo, incluso para las personas que adquieran una discapacidad durante el empleo, adoptando medidas pertinentes, incluida la promulgación de legislación, entre ellas:
a)Prohibir la discriminación por motivos de discapacidad con respecto a todas las cuestiones relativas a cualquier forma de empleo, incluidas las condiciones de selección, contratación y empleo, la continuidad en el empleo, la promoción profesional y condiciones de trabajo seguras y saludables…
b) Alentar las oportunidades de empleo y la promoción profesional de las personas con discapacidad en el mercado laboral, y apoyarlas para la búsqueda, obtención, mantenimiento del empleo y retorno al mismo.
c) Promover oportunidades empresariales, de empleo por cuenta propia, de constitución de cooperativas y de inicio de empresas propias.
d) Emplear a personas con discapacidad en el sector público.
e) Promover el empleo de personas con discapacidad en el sector privado mediante políticas y medidas pertinentes, que pueden incluir programas de acción afirmativa, incentivos y otras medidas….
Mientras las leyes se cumplen, el problema del desempleo es uno de los principales que aquejan a la población adulta con epilepsia, que ha tomado algunas iniciativas para paliar esta situación: autoemplearse mediante la implementación de algún negocio pequeño, el ofrecimiento de servicios y la búsqueda de oportunidades en empresas.
Es indispensable una campaña educativa para las personas con epilepsia que deben valorar los riesgos reales de ciertos empleos y no exponer su vida ni la de los demás. Si esta labor educativa se realiza desde el periodo de entrenamiento y capacitación de los jóvenes, tendrán una idea clara de lo que pueden desempeñar y lo que no, encaminándolos a prepararse en áreas en las que les será más fácil la obtención del empleo y no incurrirán en riesgos innecesarios. Por otro lado, también es indispensable una campaña educativa dirigida a empresarios con la finalidad de que conozcan lo que es la epilepsia, otorguen oportunidades a quienes la padecen sin ninguna discriminación, no hagan despidos injustificados y promuevan un ambiente laboral favorable, sin burlas ni estigmatización hacia las personas con epilepsia.
Publicado en IBE News, órgano de difusión del IBE.
En esta sección encontrarán una presentación acerca de la independencia económica y un díptico para orientar a quienes necesitan un empleo, donde además de las recomendaciones para presentarse a solicitarlo, se informa de las instancias que pueden ayudar en defensa de quienes sean objeto de discriminación, que son la CONAPRED (institución nacional) y la COPRED (institución para la Ciudad de México).
Encontrarán también los datos de localización de personas que ofrecen servicios y cuáles son estos, esperando que a través de esta información puedan encontrar un trabajo.